QUÉ SON LOS PREOCUPACIONALES?

Los famosos preocupacionales son totalmente ilegales desde lo humano y desde los derechos de un trabajador, por lo que todos deberíamos rehusarnos a someternos a este tipo de análisis. Pero todo el tiempo se practican con fines estrictamente económicos y discriminatorios para los trabajadores mientras los organismos de defensa y el estado miran para otro lado (como en casi todos los aspectos que atañen a los derechos de los trabajadores en Argentina) ¿Está contemplado esto por el estado? Lo cierto es que violan la Ley Nº 23.798 (Ley Nacional de SIDA).

Se comenzaron a realizar con la flexibilización laboral en los noventa principalmente para discriminar y segregar a personas con HIV, hepatitis C, Lupus o cualquier otra enfermedad o impedimento en la sangre, ya que las empresas suelen considerar a estas personas verdaderas causantes de pérdidas en sus ganancias debido al ausentismo que tendrán de ser empleadas (por diferentes cuestiones de salud) en algun determinado momento.
Los preocupacionales pueden ser realizados por la misma empresa o tercerizar estos aspectos a empresas que se encargan de “filtrarle los trabajadores” a otras, como ser las famosas Consultoras, verdaderas empresas que realizan el trabajo sucio en las elecciones de personal.

En todos los casos el trabajador es obligado a dejarse extraer sangre, muestras de orina y a la revisada de distintas partes de su cuerpo sopena de no ser empleado, por lo que es muy común el sometimiento a esta aberración humana. Ninguna empresa ni empleador puede discriminar por este motivo a una persona como establece la ley, por esto, las empresas nunca comunican la verdadera causa por la cual se deja afuera del trabajo al candidato, sino que se argumentan otros aspectos para evitar posibles juicios por discriminación. Nunca se comunican los resultados ni las pruebas que se establecen en estos análisis preocupacionales. Tampoco los Test ELISA que se realizan están "blanqueados", así como también los test de embarazo que se le realizan a las mujeres en los preocupacionales para no tener que dar días por embarazo luego..

Las excusas que se suelen usar para someter al trabajador a las agujas son variadas: “Es para la ART” “Es porque vas a estar en blanco” “Es porque el empleador se preocupa por la salud de sus empleados” “Es por si te pasa algo ya saben como proceder y así cuidarte mejor” ... Lo de que es para la ART y es porque "Estás en blanco" es una excusa más que no tiene fundamento alguno. Yo por ejemplo, hace 4 años que trabajo en blanco y ya tuve dos ART distintas y JAMAS me sacaron una gota de sangre. Si quisieran hacérmelo me negaría rotundamente, por mi privacidad y por la de los demás, sobre todo por la gente que vive el drama de la discriminación laboral por padecer una enfermedad; pero a veces no es tan fácil y es ahí donde las empresas juegan sus cartas en perjuicio de nuestros derechos.

Que es todo ilegal se evidencia en aspectos bien básicos. ¿Para qué quiere una aseguradora de riesgos de trabajo hacerme análisis de sangre? Basta que me preste la emergencia y la atención necesaria de forma gratuita en el caso de un accidente laboral y listo. Su trabajo es ese, no analizar mi sangre en busca de cosas. ¿No les parece? Y si hay algo determinante en mí al momento de la atención yo, o mis familiares se lo comunicaríamos al médico que mande la ART según el caso, si se necesita y yo deseo. Les comunico ya tuve dos ART distintas, estoy en blanco y nunca me han pedido análisis alguno (no les corresponde tampoco). Si llegado el caso la empresa necesita algún hemograma mío o análisis de orina (cosa que seguiría siendo ridícula) debería solicitármelo a mi y darme la mañana en mi trabajo para que yo concurra a realizármelo en cualquier hospital público otorgándole el hemograma y orina a la empresa. De esta manera el trabajador estaría seguro de que no le fue realizado ningún otro análisis o test a su sangre. Pero esto no es así de ninguna manera.

Lo turbio se evidencia en el hecho de que las empresas ya "trabajan con su laboratorio amigo" que se encarga las extracciones de sangre y los análisis y donde nos mandan con el respectivo ayuno. ¿Por qué no puedo yo decidir donde realizarme algo tan personal he intimo como es un análisis de sangre? Uno debe concurrir a estos laboratorios y no tiene control alguno de que es lo que sucede una vez que la sangre entra en la jeringa careciendo de un médico de confianza mediando entre uno y el laboratorio que arregla las extracciones con la empresa. Todos los análisis se realizan de espaldas al trabajador quien tampoco jamás llega a conocer los resultados de los mismos, debido a que si la sangre despierta anomalías seria evidente comunicarlo por escrito con la respectiva firma del bioquimico y luego comunicarle que "no fue admitido por tal o cual requisito". Por lo tanto, para evitar esto, se suelen ocultar al trabajador los resultados de los análisis de su propia sangre. O sea debo someterme a pruebas de mi sangre que nunca sabré cual son ni que resultados arrojaron. Si me despiden o sorpresivamente no me emplean luego del preocupacional nunca el empleado se enterará de los motivos reales y siempre desconocerá cuales fueron los motivos reales y si estaban relacionados con su sangre o su salud.

Otra falacia (ya con tintes mas humanitarios) fuera de los aspectos legales y de la ART que se suele argumentar es que “Los análisis se realizan porque la empresa “se preocupa” por la salud de sus empleados”. Otra gran mentira. La mayoría de los preocupacionales (como su nombre lo indica) se realizan ANTES de emplear a la persona. ¿Tengo que conjeturar que el empleador se preocupa por la salud de personas que ni siquiera tomo en su empresa? O que ¿Los patrones están preocupados por la salud de personas que aun ni siquiera trabajan para el?

Lamentablemente la gente no se cuestiona estas cosas. Muchos por desconocimiento, muchos porque la extrema necesidad los lleva a no poder elegir ni oponerse. De esta manera las empresas realizan su juego libremente amenazando al trabajador con que si se niega no será empleado de ninguna manera así que no le queda otra opción que someterse a los análisis. Si todos fuéramos concientes y nos negáramos la historia cambiaria pero lamentablemente prima el individualismo y el “Total yo no tengo nada” La realidad es que todos debemos negarnos y hacer valer nuestro derechos.

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Crónica de un dia Preocupante
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Todo sea por optimizar el ritmo de trabajo!

"...Finalmente conseguí trabajo. Finalmente, luego de tantas entrevistas decepcionantes (donde me ofrecían como glorioso un puesto a prueba con más de la mitad de mi sueldo en negro) logré dar con un lugar serio que me ofrece un puesto efectivo, 100% en blanco, con todas las coberturas legales a las que tengo derecho según la Ley de contratos de trabajo...
Ahora bien, nada es gratis y el paraíso está muy lejos de ser accesible a este mundo.

Un detalle: la consultora. Los trámites previos a mi incorporación no los tramito, ni siquiera consulto, ni con el que va a ser mi jefe, ni con el presidente de la compañía ni con nadie de dicha compañía que me va a contratar. No. Para todo eso está la vieja y querida consultora de turno. Te puede tocar una de tantas miles que pululan hoy en día por páginas amarillas o por avisos destacados en multimedios como clarín o la nación, o te puede tocar incluso alguna suerte de sucucho que chapea de consultora y que alquila un monoambiente interno en microcentro con cajas de embalaje como muebles. Da lo mismo una u otra. Todas, las más “prestigiosas” o las más “berretas” tiran para el mismo lado: la patronal. Su función en la vida es enviarles a las empresas empleados efectivos que no les hagan perder dinero y que sean los más productivos del mercado al mínimo costo posible. Filtros. No son otra cosa que filtros. Y para tal fin se valen de los medios más sofisticados de selección de personal. Uno de ellos es el examen preocupacional. Del cual me siento sobreviviente pero no por eso ilesa.

Para garantizar la inmediata incorporación al puesto de trabajo “obtenido” es imprescindible responder en tiempo record a la disponibilidad solicitada por la consultora de turno en cuanto a la realización de este examen preocupacional y para cuanto trámite más sea requerido. O sea, te dicen día y hora, y si querés empezar a trabajar rápido mejor que sean ESE día y ESA hora que te imponen porque sino ya tenés un punto negativo en disponibilidad. En mi caso fue “mañana a las 10 am tenés turno en tal lado”, siendo el aviso telefónico el día anterior a las 15 hs. Mucho margen para organizarse no te dan; es todo ya ya ya y para ayer si es mejor. Uno pensaría, y de hecho hasta yo lo pensé, “bueno, mejor, buena señal que estén ansiosos de que empiece a trabajar con ellos!”… que tontería.

Llegó el día D, o el día P (preocupante realmente). 10:15 tenía el famoso y preciado turno. Llegué 10 en punto. Un edificio en la zona de microcentro perdido entre tantos similares. Una puerta angosta con un portero eléctrico y una pequeña plaquita con el nombre del lugar. Entro ante la confirmación via portero de que venía enviada por alguien conocido para ellos. Segunda puerta. Esta vez vidriada y blindada. Dejaba ver una escalera angosta y alfombrada. Otro portero eléctrico, pero esta vez se veía a través del vidrio a un señor sentado en un escritorio del primer descanso de la escalera que me preguntaba nuevamente por qué asunto era. Examen preocupacional. Suena la alarma del portero y se abre la puerta. El hombre del escritorio me pregunta de qué empresa vengo y me pide el documento. Nada de nombre o apellido ni nada de eso. “Empresa? Horario del turno? Documentos”. Te busca en un listado de varias hojas cual padrones electorales, te subraya con un fibrón y te da un número. “Primer piso por escalera, te llaman con el número”. Detrás de mí ya habían dos pibes más esperando que les abran.

Primer piso por escalera. Había más pisos pero ni ganas de investigar. El lugar, alfombrado, con butacas de espera y un mostrador como de recepción de hotel más que de consultorio médico. Estaba lleno. Todos venían de empresas como Clarín, Crónica, El cronista, Movistar, Swiss medical, etc. Gente grande que ya estaba como en su casa ahí de tantas veces que se lo habían hecho. La mujer del mostrador te llamaba por el número y repetía incansable las mismas preguntas a cada uno que llamaba. Número 27. Era el mío... empieza el interrogatorio: “Primera vez acá? Estas embarazada? Lo estuviste? Estás indispuesta? Hace cuánto? Sutiles preguntas para una mujer sobre todo delante del resto de la gente que esperaba que eran en un 80% hombres. Al mismo tiempo, te pide el DNI, te marca en su lista, te da un frasquito con tu nombre y te dice: “Al terminar todo el examen llená esta encuesta y depositála acá en esta urna, ahora mi compañera te va a dar el formulario para llenar tu historial. Este recipiente, cuando tenés ganas vas al baño (me indica con el índice una puerta detrás de las butacas de espera pasando un pasillo al fondo) y orinás, hasta la mitad y lo dejás en aquel estante. Sentáte y te van llamando” “El que sigue !..."
Me siento en una de las butacas, con el tarro y los papeles para completar. A mi derecha tenía 3 puertas angostas sin placa o nombre que identifique qué eran. Sale un flaco vestido de enfermero, se acerca al mostrador, agarra un listado y empieza a llamar por apellidos. Mientras yo empiezo a llenar los papeles. Historial clínico…Primer item: “marque con una cruz si tuvo o no tuvo lo siguiente:” Era un listado de enfermedades a dos columnas y a doble carilla en una hoja oficio. Desde una otitis hasta el cáncer más terminal. Toda una hoja tamaño oficio de ambos lados llena de casilleros para marcar. Eso en cuanto a uno. Luego lo mismo pero de los padres. De los hermanos. De tus hijos. De tu cónyuge. Porque si tenés a tus viejos enfermos o a punto de morirse son días que te tomás en el trabajo. Evalúan todo lo que les pueda ocasionar que te pidas días.

No alcancé a terminar la primer hoja que me llama el flaco. Me hace pasar por una de esas 3 puertas. Era un habitáculo de metro y medio por metro y medio con otra puerta hacia atrás; un espejo y una banqueta. Me dice: “dejá tus cosas acá y sacáte el corpiño. Cuando estás lista entrás por acá”. Era el radiólogo. Claro, me di cuenta una vez que ingresé por la segunda puerta y me encontré con la sala de radiología. “Bueno, ponéte acá, mirá para acá, respirá, aguantá, no respires… ya está” Saca la placa. “Listo, chau” Paso nuevamente al habitáculo para agarrar mis cosas y salir obviamente (no podías salir por ningún otro lado). Salgo, me siento de nuevo a llenar los papeles. Termino la segunda hoja y gritan mi apellido desde atrás. Me doy vuelta, una enfermera vieja y gruñona me hace señas que la siga. Me hace ir al costado de los baños a otra oficina. “Dejá tus cosas acá, sentáte acá, poné el brazo acá, y apretá la mano.. mantené apretada… ahora apretá y soltá, apretá y soltá” La vieja abre la jeringa y se manda con todo a mi vena. Jeringa de las más grandes, de las transparentes; las de 850 análisis. Las usan cuando te haces todo completito: hiv, citamegalovirus, chagas, etc Llenó la jeringa. Me hizo doler la HDP. Me quedó encima moretón en el brazo. Perra. “bue.. listo, andá .. hiciste ya orina?” “no, aun no..” “bueno, andá al baño y hacé y dejálo en este estante” La orina es para hacerte el test de embarazo. “Andá y oriná,, no estás indispuesta no?” “NO, ya dije que no” “Ha ok y terminá de llenar esos papeles así te llama el doctor” Voy al baño, dejo la muestra en el estante y me siento a seguir llenando los papeles.

Termino el historial finalmente; lo entrego en el mostrador y sale un médico desde atrás del mismo y me llama. Chequeo Clínico completo. El hombre (médico) más que parco, leía todo lo que yo había marcado de ese cuestionario y en base a eso me preguntaba todo; es decir, sólo indagaba en aquellos ítems que yo había marcado afirmativamente. Levanta la vista, me mira y me pregunta por las manchas en la piel. Media hora con el tema de las manchas en la piel. Me dijo que tenía muchos lunares. Y preguntó si los controlaba, si las manchas en las piernas eran de lo mismo, si tenía dermatóloga o no, que por qué tenía diferencia de tonos en la piel en la rodilla, etc. Le expliqué que una vez tuve eccemas en la rodilla y aun tengo un poco en los codos. Vio los codos y frunció el ceño. Le dije que no era psoriasis. Supuestamente asintió con la cabeza pero a mi juicio nada conforme. Después me pesó, me midió; me tuve que poner un camisolin y quedarme en ropa interior. Me controló reflejos; el caminar, si caminaba torcido o derecho, cómo ubicaba la espalda, cómo me sentaba, etc. Humillante. Después en la camilla; toma de presión. Palpaba estómago y rodillas. Después revisó garganta y oídos. Después me dijo que podía vestirme solo la parte inferior y que dejara el camisolín en la parte superior. Me pidió que me levante la bata para verme la espalda. Denigrante. Volvió a insistir con la cantidad de lunares que tengo en el cuerpo. Me “permitió” vestirme por completo. Y cuando creí que habíamos terminado me dice: “no no, sentáte que todavía falta”. Vista. “Por qué usás lentes? Hace cuánto?” … bla bla bla “Lee acá. Listo. Tapáte el ojo izquierdo. Lee acá. Listo. Tapáte el ojo derecho. Lee acá. Listo. Ahora de lejos. Lee allá. Listo. Con un ojo solo. Listo. Y qué dice acá? Listo”

Todo a velocidad luz, muy mecánico, muy telegráfico, porque había mucha gente aún por revisar y nos hacían desfilar de puerta a puerta, de examen a examen. Salía uno, entraba el que seguía. Sin parar. Después que salí del médico ese, aún quedaba el electro. Me llama otra mujer desde el fondo. Me hace pasar por otro pasillo hacia una habitación con una camilla. Entra otra mujer con una carpeta en mano y me pregunta por mis datos. Mientras tanto la primer mujer me dice que me recueste en la camilla y me empezó a colocar los elementos en los tobillos, muñecas y en el pecho. “Con esto ya terminás”, dijo sin mirarme la segunda mujer como adivinando ya mis ansias por irme de ahí. Terminé el electro, volví al primer mostrador, le entregué las cosas a la mujer de ahí y me dice: “Firmáme acá tu horario de salida y ya podes retirarte”. Uff, por fin. Había personas a las que les pedían, además de todos esos estudios que tuve que hacerme, electroencefalogramas, test psicológicos y otros estudios más. Cada empresa pide un combo diferente. Después todos esos datos se los venden a otras consultoras. Ahí ganan mucha guita. Todos esos “médicos” son pagados por las empresas para eso. No tienen ética alguna de nada.

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“Los objetivos de un Servicio de Medicina Laboral son dar apoyo a los componentes de la empresa, preservando la salud y mejorando las condiciones laborales del trabajador, disminuir las tasas de ausentismo, enfermedad, accidentología y de conflictos gremiales, optimizar la productividad de la mano de obra y los estándares de producción de la empresa”.

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En ese lugar que fui, a las chicas nos interrogaban mucho por el tema de la menstruación. Si solemos pedirnos días de reposo o no. A los hombres les preguntan hasta la frecuencia con que se masturban; si tienen relaciones sexuales periódicas o no. Yo respondí: “Mire es fácil, si me siento mal hago reposo”. El médico me mira y me dice: “Bueno, pero habitualmente........” Le digo: “Habitualmente es así, si me siento mal hago reposo, voy al médico y hago lo que me dice el médico por el bien de mi salud. No es algo puntual que pueda decirle sí, del 15 al 17 de cada mes estoy indispuesta y me siento mal. Eso varía. Ud es médico, no lo sabe?”

A mí en lo personal me dio mucha bronca e indignación, pero qué iba a hacer?... los mandaría a la mierda, pero preciso el trabajo. En un momento dije algo similar a una queja al aire y, atrás mío, las 3 personas que estaban en la fila me dicen: “eeeeeh noooo... pero todos queremos trabajar! de eso se trataaa” Porque compran ese discurso; se sienten importantes: “FAAAAA me hacen análisis! qué grosa la empresa!!!!!” Todo el tiempo pensando: “qué estoy haciendo acá?.. hago bien? hago mal? pero si me niego? me quedo sin laburo, y entonces? que hago que hago??” Mención aparte la expresión de la chica de la consultora cuando, una vez concluido el examen, le pregunté cuando me entregarían los resultados de tales estudios. “ eeeee eeeeee EEEEEEEEEEEEEEEEEE… los resultados????????????” “SI NENA, los resultados, MIS resultados .. de todo lo que me hicieron hoy. Cuando estarán listos? me los das vos o los paso a buscar?” “Estemmm.. es que .. claro, bueno... es.. que ….. mirá, los resultados nos los envían acá (a la consultora), el jueves o viernes ya estarán listos, y eso se adjunta en tu legajo, y quedan ahí.” Le digo : “Bueno, que quede en el legajo una copia y a mi me los das”. “sisisiss. no creo que haya problema alguno, yo te aviso yo te llamo”.

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EXAMEN PREOCUPACIONAL O DE INGRESO
Anexo I (Res. SRT Nº 43/97)

Listado de los exámenes y análisis complementarios generales :

I. Examen físico completo, que abarque todos los aparatos y sistemas incluyendo agudeza visual cercana y lejana. (Test de los colores).
II. Radiografía panorámica de tórax con DNI.
III. Electrocardiograma.
IV. Exámenes de laboratorio: A. hemograma completo B. eritrosedimentación C. uremia D. glucemia E. reacción para investigación de enfermedad de Chagas-Mazza F. orina completa
V. Declaración jurada del postulante o trabajador respecto a las patologías de su conocimiento.

Otras determinaciones de acuerdo a los agentes de riesgo presentes en el ambiente de trabajo:

I. Rx. Columna lumbosacra.
II. Audiometría.
III. Reacción de embarazo.
IV. Estudios neuropsicologicos, cuando las actividades a desarrollar por el postulante puedan significar riesgos para si, terceros o instalaciones ( por ejemplo conductores de automotores, grúas, autoelevadores, trabajos de altura, vigilancia, portación de armas, etc.)
A.Evaluación psicológica: Entrevista personalizada con Especialistas. Evaluación del postulante a través de los siguientes test: 1-Test de Tolousse (Atención y Concentración Inteligencia espacial) 2-Test Raven (Coeficiente de Inteligencia) 3-Test Bender(Coordinación Visomotora) 4-Test Htp (Personalidad B.Evaluación psiquiátrica C.Electroencefalograma con activación compleja D.Evaluación neurológica

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